Trabajo sin miedo: lo que se discute en el Congreso

Por Bruno Cortés

 

Imagínate llegar a tu trabajo y no tener miedo. No temer a un jefe gritón, a compañeros que hacen comentarios incómodos, o a represalias por alzar la voz. Suena básico, ¿no? Pero la realidad en muchos centros laborales en México dista mucho de eso. Por eso, este miércoles 11 de junio, en San Lázaro, se va a llevar a cabo un diálogo muy importante —aunque suene técnico— que busca ponerle un alto a la violencia y el acoso en los espacios de trabajo.

La que está empujando este tema en la Cámara de Diputados es la diputada Patricia Mercado Castro, de Movimiento Ciudadano (MC). Y lo está haciendo a través de un evento con nombre largo pero fondo muy claro: “Hacia la construcción de mundos del trabajo libres de violencia”. ¿El objetivo? Que quienes hacen las leyes escuchen a quienes viven —y a veces sufren— el mundo laboral desde todos los frentes: organizaciones sociales, activistas, empresarias, sindicalistas, académicas y gente que le entra todos los días al trabajo formal o informal.

Este diálogo se enmarca en un esfuerzo para que México armonice su legislación con el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). ¿Qué es esto? Básicamente, una serie de reglas internacionales que buscan eliminar la violencia y el acoso en el trabajo. México ya lo ratificó, pero como todo en política, una cosa es decir “sí” y otra es hacer que las leyes y los reglamentos realmente cambien para proteger a las personas.

El evento será algo así como una gran mesa de debate, donde cada quien podrá aportar desde su experiencia: qué funciona, qué no, y qué se necesita para que este convenio deje de ser solo papel. Las y los diputados, junto con sus asesores, escucharán directamente de quienes han investigado, propuesto o vivido en carne propia las problemáticas laborales. La idea es que de ahí salgan propuestas concretas para actualizar las leyes mexicanas y hacer del trabajo un lugar digno y sin miedo.

Lo interesante es que no es un foro más para la foto. La intención es que se socialicen los hallazgos —es decir, lo que ya se ha investigado y diagnosticado—, pero también que se escuche la voz de la gente que está fuera del Congreso, pero que entiende perfectamente cómo funciona (o no) el mundo laboral.

Así que si te preguntabas qué hace el Congreso para mejorar la vida cotidiana de las personas, aquí hay una respuesta concreta. No se trata de discursos rimbombantes, sino de poner sobre la mesa lo que muchas veces no se dice: que el trabajo también puede ser un espacio de violencia, y que eso también es un problema público, social y económico.

Porque sí, un país donde se trabaja con miedo es un país que no puede avanzar. Y eso es justo lo que busca cambiar este diálogo. Lo que se discuta este miércoles en San Lázaro puede ser el primer paso para que las leyes mexicanas pongan, por fin, en el centro a las personas trabajadoras.

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