Mueren 45 bebés por tosferina en México; ninguno estaba vacunado

Por Juan Pablo Ojeda

 

En un dato que estremece y llama a la reflexión, la Secretaría de Salud confirmó el fallecimiento de 45 bebés en México a causa de la tosferina, una enfermedad que puede prevenirse con vacunación. Lo más alarmante: ninguno de estos pequeños contaba con el esquema de inmunización correspondiente.

De los 45 bebés fallecidos, 20 eran recién nacidos menores de dos meses, edad en la que aún no se aplica la primera dosis de la vacuna. Sin embargo, los otros 25 tenían entre tres y once meses, un periodo clave para recibir la vacuna pentavalente que protege contra esta y otras enfermedades.

La tosferina, también conocida como pertussis, es una infección respiratoria altamente contagiosa causada por la bacteria Bordetella pertussis. Aunque en adultos y niños mayores puede presentarse como una tos persistente, en menores de un año —especialmente en los no vacunados— puede ser letal. Los síntomas incluyen accesos intensos de tos, vómitos después de toser, dificultad para respirar y, en casos severos, apnea o convulsiones.

Hasta el momento, la Secretaría de Salud ha registrado 2,772 casos sospechosos en todo el país, de los cuales 749 han sido confirmados mediante pruebas de laboratorio. La enfermedad ha encendido alertas en al menos 15 estados, siendo Puebla, Chiapas y Jalisco los que reportan la mayor letalidad.

Expertos en salud pública advierten que este repunte de casos y muertes podría estar relacionado con los rezagos en la vacunación infantil, mismos que se agudizaron durante la pandemia de COVID-19. La interrupción de campañas de vacunación, el miedo a asistir a unidades médicas, y la falta de abasto en algunos momentos, han dejado a miles de niñas y niños sin protección contra enfermedades prevenibles.

El llamado de las autoridades es claro: revisar los esquemas de vacunación de los menores, acudir a las unidades de salud para completar las dosis y no dejar pasar el tiempo. La vacunación no solo protege al menor que la recibe, también crea una “barrera comunitaria” que impide que enfermedades como la tosferina se propaguen entre quienes no pueden ser vacunados aún, como los recién nacidos.

En un país donde la prevención ha sido una de las principales herramientas de salud pública, perder la vida por una enfermedad que puede evitarse con una vacuna es una tragedia que, como sociedad, no deberíamos permitir.

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