¿Por qué los niños pequeños mienten? La sorprendente explicación psicológica

Cuando Pablo, de 5 años, apareció con las iniciales de su equipo de fútbol pintadas en las medias, su negativa rotunda —»¡Yo no he sido! Ya venían así»— dejó a sus padres entre la exasperación y la ternura. Este tipo de situaciones, comunes en niños de 3 a 6 años, encierran un fascinante proceso evolutivo que va mucho más allá de la simple desobediencia.

Expertos en desarrollo cognitivo explican que estas primeras mentiras son un signo de maduración cerebral:

  1. Teoría de la mente emergente: Hasta los 4 años, los niños no comprenden plenamente que los demás pueden tener pensamientos diferentes a los suyos. Cuando dicen «no fui yo», realmente esperan que los adultos crean su versión.
  2. Función ejecutiva: Mentir requiere memoria (recordar el relato alternativo), control inhibitorio (evitar la verdad) y flexibilidad cognitiva (sostener dos realidades). Estas habilidades se desarrollan precisamente en esta etapa.
  3. Experimento clásico: En el «test del chocolate» (donde se pide a niños no mirar un dulce), el 80% de menores de 3 años miente al decir que no lo hicieron, demostrando este hito evolutivo.

«Estas mentiras torpes son como los primeros pasos en el lenguaje: torpes pero fundamentales», explica la Dra. Elena Martín, especialista en psicología infantil.

¿Por qué mienten? Cuatro motivos clave

  • Evitar consecuencias: Asocian verdad con castigo («Si digo que rompí el jarrón, mamá se enojará»).
  • Protagonismo: Inventan historias para captar atención («Yo tengo un dinosaurio en casa»).
  • Imitación: Repiten patrones adultos (como cuando escuchan «di que no estoy»).
  • Pensamiento mágico: Confunden realidad y fantasía («Fue el monstruo del armario»).

Cómo reaccionar: guía para padres

Los expertos recomiendan evitar etiquetar al niño como «mentiroso» y en cambio:
Modelar honestidad: No usar «mentiras piadosas» delante de ellos.
Crear ambiente seguro: Si decir la verdad siempre trae castigos excesivos, aprenderán a mentir mejor.
Juegos de roles: Practicar situaciones como «¿Qué harías si rompes algo?» refuerza la sinceridad.
Elogiar la verdad: «Me encanta cuando me dices lo que pasó realmente».

Dato crucial: Un estudio de la Universidad de Toronto revela que los niños que mienten antes de los 4 años suelen tener mayor coeficiente intelectual y habilidades sociales más desarrolladas.

La evolución natural de la mentira

Entre los 7 y 10 años, las mentiras se vuelven más sofisticadas:

  • Mentiras altruistas («Tu dibujo es lindo» aunque no lo piensen)
  • Omisiones estratégicas (no mencionar que hubo tarea)
  • Mentiras por lealtad (cubrir a un amigo)

«La meta no es erradicar toda mentira —imposible e incluso contraproducente—, sino enseñar que la honestidad construye confianza», concluye el psicólogo educativo David Bueno.

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