Por Juan Pablo Ojeda
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció este lunes que enviará una iniciativa de reforma al Congreso para prohibir que gobiernos extranjeros paguen por difundir propaganda en medios de comunicación nacionales, luego de que se transmitieran en televisión abierta mexicana unos spots del gobierno de Estados Unidos con mensajes antiinmigrantes.
Durante su conferencia matutina desde Palacio Nacional, Sheinbaum explicó que la propuesta consiste en reponer un artículo eliminado en 2014 de la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, el cual prohibía expresamente que los medios mexicanos transmitieran propaganda política, ideológica o comercial proveniente de gobiernos o entidades extranjeras.
“Vamos a reponer el artículo y ponerlo nuevamente en la ley. Ningún gobierno extranjero puede pagar para difundir anuncios que tienen un mensaje discriminatorio”, señaló la mandataria, tras recordar que este tipo de contenido ha sido evaluado como discriminatorio por la Conapred, el órgano oficial contra la discriminación.
La propuesta será enviada al Congreso de la Unión en las próximas horas como parte de un paquete de reformas impulsado desde el Ejecutivo. La presidenta también informó que ya se envió una carta formal a los medios de comunicación en los que se han transmitido estos anuncios, invitándolos a retirarlos de inmediato. La misiva fue firmada por Óscar Camacho Guzmán, director de Radio, Televisión y Cinematografía, y Claudia Olivia Morales Reza, presidenta del Conapred.
El escándalo se desató tras la transmisión de estos mensajes en horarios estelares y durante partidos de fútbol, eventos de altísima audiencia. En el spot, aparece Kristi Noem, secretaria de Seguridad Nacional de EU, quien, en nombre del expresidente y nuevamente candidato republicano Donald Trump, advierte a los migrantes: “Si estás considerando entrar a Estados Unidos ilegalmente, ni siquiera lo pienses”.
Noem incluso acusa que “liderazgos débiles” de otros gobiernos han permitido que sus fronteras sean “inundadas con drogas, tráfico de personas y criminales violentos”. Según Sheinbaum, ese tipo de discurso no solo es ajeno a México, sino que representa una intromisión directa en los asuntos internos del país, lo cual resulta inaceptable desde el punto de vista legal y ético.
“México es un país soberano. No vamos a permitir que se utilicen nuestros medios para enviar mensajes de odio, mucho menos contra personas migrantes, que merecen ser tratadas con dignidad”, declaró la presidenta.
La reforma busca blindar a los medios mexicanos ante intervenciones extranjeras disfrazadas de publicidad, especialmente en temas sensibles como migración, seguridad o política internacional. Para el gobierno de Sheinbaum, los derechos humanos, la no discriminación y la soberanía nacional son principios que no se negocian.
El regreso de este artículo a la legislación mexicana marcaría un cierre a una puerta que se abrió hace una década, cuando las reformas en materia de telecomunicaciones quitaron varios candados al contenido que puede transmitirse por medios concesionados. Ahora, con el contexto internacional más tenso y una campaña electoral estadounidense en curso, la presidenta mexicana manda una señal clara: los intereses ajenos no se anuncian en casa.